Maribel Guardia y el delicado proceso que atraviesa en la peor etapa de su duelo

Julián Figueroa y su madre en el 2015.  (Photo by Gustavo Caballero/WireImage)
Julián Figueroa y su madre en el 2015. (Photo by Gustavo Caballero/WireImage)

A poco más de un año del fallecimiento de José Julián Figueroa, Maribel Guardia atraviesa por lo que ella considera la peor etapa de su duelo. Cada vez que atiende a la prensa comenta que no puede asimilar su ausencia, y en medio de este proceso no ha podido aceptar la sugerencia del sacerdote José de Jesús Aguilar de desprenderse de las cenizas de su hijo.

Durante el mes previo al aniversario luctuoso de José Julián y con llegada de la fecha exacta de esa conmemoración (9 de abril), Guardia declaró que vivía, y vive, el período más crítico del luto que embarga su ser. El dolor se acrecienta en este mes de mayo debido a que el día 29 su hijo estaría cumpliendo 29 años.

"Yo no sé cómo le hace la gente que no cree en un ser supremo, porque es lo que me ayuda a salir del dolor y a levantarme de la cama. Esta es una batalla de todos los días. Estoy en el peor momento del duelo y me ayudo todos los días, me esfuerzo mucho para continuar", se sinceró con reporteros cuando visitó La Casa del Actor.

Abordada en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, la actriz amplió su sentir al compartir que mantenerse en activo es una lucha consigo misma: "Es un dolor que tendré toda mi vida. Tengo que aprender a vivir con él. Hay días que me hundo y no quiero hacer nada. Tengo que trabajarlo todo el tiempo, trato de rescatarme. Le pido a Dios que me ayude a salir adelante porque es muy difícil".

Precisamente por ser católica, ella se acerca a encontrar fortaleza espiritual en la oración y los ritos propios de esa religión, tales como la misa, o el cumplimiento del acto de confesión. Asimismo, acude con los representantes eclesiásticos para conversar y alimentar su fe desde ese diálogo.

Así lo hace con el padre de José de Jesús Aguilar, el llamado “padre de las estrellas”. El propio cura dijo el 18 de abril a reporteros que había asistido a casa de Maribel Guardia para invitarla a desprenderse de las cenizas de José Julián, cuya urna mantiene la actriz en su vivienda.

"El proceso tanatológico exige que haya un desprendimiento para aceptar la realidad. Su hijo seguirá viviendo en ella, en su corazón, en su mente, aunque no tenga las cenizas", dijo entonces.

Semanas después de ese encuentro, la actriz ha comentado que agradece la sugerencia del sacerdote pero prefiere ignorarla y de momento conservará las cenizas de José Julián en su casa. Abordada en el aeropuerto capitalino, Maribel Guardia atendió a la prensa con humor para aclarar que mantiene buena relación con Aguilar, sin embargo, eso no quiere decir que atenderá su consejo.

"Me dio una paliza el padre, pero yo voy a mi aire, no le hago caso. Es un proceso que tengo que vivir, y lo voy a vivir a mi aire", enfatizó.

De esa manera reafirma que atraviesa por un lapso delicado para ella en lo sentimental y lo emocional respecto a José Julián. Pese al derrumbe interno que enfrenta y le repercute en el ánimo para continuar trabajando, Guardia se niega a la solución de medicarse. Prefiere estar consciente de su dolor que ceder a una posible farmacodependencia.

"Yo prefiero no hacer esas cosas, porque sé que si empiezo a agarrar medicamentos me hago adicta a ellos y no voy a poder vivir sin ellos. Prefiero hacerlo a pelo de cabello".

Opta por la fe y la oración. Pide a Dios por tener fortaleza para proseguir su camino. En ese sentido, y atendiendo las palabras del padre José de Jesús Aguilar, ella tiene perfecta noción de que las cenizas de José Julián deben reposar en recinto sagrado. De hecho, Guardia ya dio ese paso al edificar el destino mortuorio de su hijo.

"El nicho ya lo hice, pero por ahorita no (colocaré la urna en su interior)", refirió para cerrar con el tema de Aguilar en torno a la transición tanatológica que lleva a cabo. La actriz sabrá cuándo, pero hoy día quiere detener el tiempo para sentir cerca a su hijo mediante las cenizas en su hogar. Es, además, un procedimiento que requiere del acompañamiento de Imelda Garza Tuñón, viuda de José Julián y que va de la mano con las decisiones que toma su suegra.