El reencuentro de ‘Papá por siempre’ esconde un golpe de realidad para distintas generaciones

El tiempo pasa y sus estrellas infantiles se lo recuerdan al mundo con un reencuentro plagado de nostalgia

Las estrellas infantiles de 'Papá por siempre' que interpretaron a los hijos de Robin Williams se reencuentran a más de 30 años del estreno. (Foto de 20th Century-Fox/Getty Images)
Las estrellas infantiles de 'Papá por siempre' que interpretaron a los hijos de Robin Williams se reencuentran a más de 30 años del estreno. (Foto de 20th Century-Fox/Getty Images)

‘El tiempo pasa. Nos vamos poniendo viejos’, cantaba el cantautor cubano Pablo Milanés... y qué razón tenía. El paso del tiempo es una verdad inevitable que nos golpea de frente constantemente, ya sea a través del espejo, la acumulación de recuerdos o el simple hecho de ser testigos de los cambios que van sucediendo a nuestro alrededor. Sin embargo, el cine también es un denominador común infalible a la hora de sacudirnos con la cruda realidad del transcurso de los años. Como es el caso de un clásico como Papá por siempre (1993), cuyas estrellas se reencontraron más de tres décadas después para darnos un golpe de realidad sin anestesia.

“Muy gracioso que la misma semana que voy a San Francisco, ¡puedo reunirme con mis hermanos de Doubtfire! Siempre es una alegría ver a Lisa Jakub y Matthew Lawrence”, escribía Mara Wilson en su perfil de Instagram junto a una imagen del reencuentro.

Lo mismo hizo Lisa Jakub, celebrando la reunión que formó parte de un podcast que grabaron juntos.

Evidentemente, los tres actores infantiles que acompañaron a Robin Williams en el clásico de 1993 hace tiempo que no son niños. Mara Wilson (36), Matthew Lawrence (44) y Lisa Jakub (45) interpretaron a los hijos de Daniel, aquel padre divorciado que se disfrazaba de una adorable niñera británica para engañar a su exesposa (Sally Field) y, así, pasar tiempo con sus hijos en un rodaje que tuvo lugar en 1992. Es decir, hace nada menos que 32 años.

Los tres fueron testigos de la genialidad cómica del fallecido actor y de su talento para la improvisación, mientras aprendían consejos por parte del legendario protagonista que los ayudaron a lo largo de sus vidas, como fue el caso de Lawrence.

Sin embargo, por mucho que seamos conscientes del paso del tiempo como una verdad de la que nadie tiene escapatoria, verlos juntos reflejando el transcurso de los años sirve para recordarnos el impacto que tiene el cine en nuestra vidas. Cómo una película puede definir un momento de nuestra existencia, congelando la imagen de estos actores en nuestra memoria para siempre.

Porque el cine tiene una característica peculiar. Una película que impacta tiene el poder de congelar el tiempo, de estancar nuestra imaginación a una etapa de nuestras vidas, reviviéndola cada vez que volvemos a verla. Nos pasa con Titanic, El señor de los anillos, clásicos animados de Disney y decenas de producciones más que nos remontan a una época en particular. Ya sea la inocencia de la infancia, el fanatismo de una saga, la alegría, las emociones o sensaciones generales que vivimos junto a una historia cinematográfica que deja huella. Y Papá por siempre es un ejemplo contundente.

No solo es una película que sigue cautivando a nuevas generaciones con la habilidad cómica de Robin Williams (está disponible en Disney+), sino que está conectada intrínsicamente al recuerdo de miles de espectadores. Adultos que hace tiempo fuimos niños o adolescentes viviendo el fenómeno de Papá por siempre. La alquilamos en el videoclub decenas de veces (en los ‘90s y 2000s), la vimos cada vez que la emitían en televisión y la convertimos en clásico para nuestros sobrinos o hijos como rito generacional entre amantes del cine.

Recaudó $441 millones en la taquilla (una bestialidad ejemplar de la rentabilidad hollywoodense cuando había contado con un presupuesto de $25 millones) y se grabó para siempre en la memoria colectiva, congelando la imagen de los tres actores como los tres niños que disfrutaban de las aventuras y ternura de aquella niñera adorable. Evidentemente tampoco ayudó que ninguno pudiera expandir sus carreras con un personaje que diversificara sus perfiles profesionales. Sin embargo, sin quererlo, los tres terminan dándonos una bofetada de realidad al recordarnos que han pasado más de 30 años desde que reímos, lloramos y disfrutamos por primera vez con esta producción. Que el tiempo pasa, para ellos y nosotros por igual.

Lisa Jakub tenía 14 años cuando interpretó a la hija mayor de Robin Williams, faltando tanto a clase por sus compromisos profesionales que la terminaron expulsando de la escuela. Su padre de la ficción intentó ayudarla personalmente, escribiendo a la institución para pedir que la readmitieran. Pero no le hicieron caso. “Robin me defendió. Estaba de mi parte", escribió Jakub en un blog tras la muerte de Williams (vía US Magazine). “Solo tenía 14 años, pero ya había visto que estaba en una industria llena de puñaladas por la espalda. Y estaba completamente claro que Robin me respaldaba”.

Sin embargo, aunque intentó continuar con su carrera, terminó abandonando Hollywood. A finales de 2023, cuando la película había celebrado el 30 aniversario, reveló que “no sabía cómo hablar con niños de mi edad” tras haber dejado la escuela y las actividades habituales de la infancia por una vida en el cine. Contó que se vio obligada a ir a terapia desde los 6 años, experimentado ataques de pánico desde los 11, pero siguió probando suerte y, en 1996, tuvo un papel secundario en un blockbuster mundial como Día de la Independencia. Pero pronto supo que su felicidad no estaba en el cine.

Su crisis personal se fue agravando hasta llegar a pensar en el suicidio. En ese momento supo que necesitaba ayuda. A los 22 años tomó la decisión de abandonar Hollywood y centrarse en una vida completamente diferente. Se mudó a Virginia, se casó con su mejor amigo y se dedicó a la escritura. Publicó tres libros, es profesora de yoga y tiene una página web con material sobre salud, meditación y yoga.

Matthew Lawrence tenía 13 años cuando lo ficharon para ser el hijo del medio de la historia, cuando ya contaba con experiencia suficiente en Hollywood a través de comerciales, televisión y cine. Sin embargo, si bien participó en proyectos destacados como Aprendiendo a vivir y formó parte de una banda con sus hermanos Joey y Andrew, su imagen también quedó asociada al éxito de Papá por siempre.

Participó en series como CSI: Miami, Melissa & Joey, Hawaii Five-O… pero nada se asemeja a aquel éxito de 1993. En mayo de 2023 reveló que le propusieron “papeles grandes” a lo largo de su carrera pero que, en una ocasión, le pidieron que vaya a una habitación de hotel donde un director famoso “se apareció en bata pidiéndome que me quite la ropa. Dijo que tenía que sacar fotos mías y dijo que si hacía X, Y y Z, sería el próximo personaje de Marvel”.

Lawrence se negó y, a continuación, “perdió” la agencia que lo representaba.

Joey Lawrence, Andrew Lawrence y Matthew Lawrence (Foto de Ron Galella, Ltd./Ron Galella Collection via Getty Images)
Joey Lawrence, Andrew Lawrence y Matthew Lawrence (Foto de Ron Galella, Ltd./Ron Galella Collection via Getty Images)

Mara Wilson tenía apenas 5 años cuando impresionó a los productores de Papá por siempre con su audición. Fue la figura más entrañable de la película, el símbolo de la ternura infantil dentro de la historia, conquistando a espectadores e industria en general. Tan solo un año después debutaba como protagonista en el remake de Milagro en la calle 34.

A diferencia de sus compañeros, su carrera despuntó con fuerza, ganando premios y triunfando con otro clásico como Matilda (1996). Sin embargo, la muerte de su madre tras perder su batalla contra el cáncer cuando Mara solo tenía 9 años, sus propios problemas de salud -a los 12 le diagnosticaron un trastorno obsesivo-compulsivo, déficit de atención e hiperactividad- y los entresijos de la industria, la llevaron por un camino difícil.

Reveló que llegó a "odiarse" a sí misma explicando que, mientras otras figuras infantiles caen en "la bebida, las fiestas y las drogas”, en su caso la "racha autodestructiva [...] tomó una forma diferente".

"Para mí, fue mucho odiarme a mí misma y decir, eres una perdedora, eres un fracaso, eres fea", dijo a The Guardian en 2023 contando situaciones que la marcaron profundamente, como que un director le pidió que llevara un sujetador deportivo para aplanar sus pechos en plena pubertad. Comenzó a asociar la necesidad de cumplir con los estereotipos de belleza con el éxito, obsesionándose y sufriendo en el camino.

Y entonces optó por alejarse. No hizo ninguna película ni serie entre los años 2000 y 2015, centrándose en el teatro y la escritura.

En resumen, los tres diversificaron sus carreras lejos de los blockbusteres y el mundo del cine más comercial, incluso abandonándolo por completo, después de Papá por siempre. Y, sin querer, probablemente asentaron más el recuerdo eterno como figuras congeladas en el tiempo como los hijos de Robin Williams en un clásico tan popular como este.

Es lo que tiene la magia del cine…´

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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